viernes, 6 de mayo de 2022

ROL DE LOS GOBIERNOS MUNICIPALES EN LA PROTECCIÓN Y GESTIÓN DE SU PATRIMONIO ARQUEOLOGICO

Una de las primeras dudas con las que se encuentra la sociedad civil al desear mejorar el entorno de su huaca es ¿A quién le corresponde hacerlo? ¿A que institución del estado deben acercarse para solicitar que se atiendan sus demandas? o ¿Cuál de ellas es la que debe destinar los recursos económico adecuados para su mejoramiento? Al respecto, es inevitable pensar inmediatamente en el Ministerio de Cultura (MINCUL), sin embargo, deberíamos considerar que los gobiernos municipales y regionales también están llamados a hacerlo, sin perjuicio de funciones, solo que siempre en coordinación con el MINCUL.

¿Qué dice la Ley Orgánica de Municipalidades respecto al Patrimonio Arqueológico?

Desde la antigua Ley Orgánica de Municipalidades 23853, de 1984, ya se mencionaba que las municipalidades locales tenían competencias en la conservación de su patrimonio arqueológico local, por lo que en el ámbito de cultura en su artículo 67 a la letra decía:

“Son funciones de las Municipalidades, en materia de educación, cultura, conservación de monumentos, turismo, recreación y deportes:

11. Promover y asegurar la conservación y custodia del patrimonio cultural local y la defensa y conservación de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, colaborando con los organismos regionales y nacionales correspondientes en su restauración y conservación”

Posteriormente, en el año 2003, la nueva Ley Orgánica de Municipalidades 27972, en su ítem 3, acerca de funciones específicas compartidas de las municipalidades distritales, ratifica estas funciones en su artículo 82 sobre educación, ciencia, tecnología, innovación tecnológica, cultura, deportes y recreación:

“12. Promover la protección y difusión del patrimonio cultural de la nación, dentro de su jurisdicción, y la defensa y conservación de los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, colaborando con los organismos regionales y nacionales competentes para su identificación, registro, control, conservación y restauración.

Es así que, ya desde 1984, esta ley siempre señaló como función compartida con el Ministerio de Cultura (antes INC) la defensa y conservación de los monumentos arqueológicos e históricos, además de diversas acciones vinculadas a su gestión cultural.

Foto 1. Cerco a medio construir y grandes acumulaciones de basura sobre la arquitectura prehispánica expuesta 
de Huaca El Naranjal.

Entonces ¿Por qué los municipios locales no se han encargado de mejorar el entorno de su patrimonio arqueológico? 

La respuesta obvia, verificada en la practica por muchos gestores en diversos distritos de Lima, es el desinterés en temas culturales por parte de las autoridades y gestiones locales, además de una escasa voluntad por lograr un desarrollo integral de nuestra sociedad en su ciudad. Actitudes que se traducen en una gran cantidad de carencias administrativas y excusas de función. 

Por ejemplo, algo que muchos funcionarios municipales argumentan es que “los sitios arqueológicos son propiedad del Ministerio de Cultura y que por lo tanto ellos no pueden hacer nada en estos lugares”. Esto nos lleva a preguntarnos si al menos ¿Conocen la ley orgánica de municipalidades que les rige? Cuando puede leerse claramente que es una función compartida, en la medida en que el MINCUL es la institución encargada de dictar las medidas para la protección y gestión del patrimonio cultural inmueble en nuestro país.

Otro aspecto, que en la práctica se suele resaltar, es que la ley dice “colaborando”, por lo que al saberse como una función compartida las autoridades no la asumen como una obligación, por lo cual priorizan sus funciones en obras urbanas o de áreas verdes, por ser además las más demandadas por la población. En nuestra experiencia como vecinos y gestores, sentimos que esta demanda encuentra sus raíces en las carencias educativas patrimoniales de nuestras generaciones adultas y el desconocimiento de estas funciones compartidas frente a nuestro patrimonio arqueológico e histórico local. 

Estas dos excusas, por mencionar las más frecuentes, hacen que las municipalidades distritales no cuenten con personal idóneo para el desarrollo de una gestión integral de su patrimonio arqueológico local, menos aún con un área especifica para dichos fines, de manera que en la mayoría de casos terminan asumiéndose algunas funciones junto a cultura, educación, deporte o desarrollo social. Por ejemplo, en los distritos de Lima Norte, siendo que existen al menos una decena de sitios por distrito es necesaria la implementación de Oficinas de Patrimonio y Turismo, por ejemplo, las cuales puedan trabajar en coordinación con las áreas de desarrollo urbano y social de manera integral. 

De lo anterior, en vista que no existe un área específica para tales fines, imaginemos entonces en donde terminan los documentos vinculados al patrimonio arqueológico dentro de un municipio. Esto no es cosa menor, porque de propia experiencia sabemos que el MINCUL cumple con enviar copias de diversa documentación sobre los sitios arqueológicos a las municipalidades, sin embargo estos terminan la mayoría de veces dirigidos a los encargados de turno de determinadas áreas o proyectos de inversión afines, es decir a personal que aunque pudiera tener muy buena voluntad no tiene capacidad de dirección en la gestión municipal, más allá de lo que a las autoridades locales del momento tengan planeado.

Foto 2. Plantaciones que están invadiendo el área intangible de Huaca Infantas II

¿Cómo estamos en el Distrito de Los Olivos?

Un ejemplo de este desinterés y escasa voluntad desde la gestión municipal es nuestro distrito Los Olivos. En donde, a portas de cumplirse 33 años desde su creación en abril 1989, nuestros sitios arqueológicos o huacas siguen en las mismas o peores condiciones que hace tres décadas atrás, al menos en lo formal, tal como se concluye cuando se visitan las huacas olivenses en la actualidad. No hay ni una sola intervención visual efectiva que se haya realizado por parte de la municipalidad distrital en ninguna de sus siete zonas arqueológicas (Luján, Tapia y Ríos, 2005:31), ni señalética básica, para no hablar de cercos perimétricos o proyectos efectivos de implementación turística. Brevemente, esta es la situación:

1) Cerro Mulería fue vendido y las zonas arqueológicas ubicadas en sus cimas han quedado aisladas dentro de la propiedad privada, los paneles de señalización fueron puestos hace casi 10 años y no han recibido mantenimiento. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:18-20; Luján y Tapia, 2020)

2) Huaca Aznapuquio tuvo un cerco de 1.50 m de alto a medio construir desde el 2005, porque solo existía hacia el cruce de Av. Palmeras con Av. Alisos, el resto siempre estuvo desprotegido, hasta el 2018 que el MINCUL construye el actual cerco y muro azul de señalización. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:18-21; Tapia y Luján, 2007:8; Espinoza, Tapia y Luján, 2008)

3) Huaca El Naranjal tiene un cerco tipo H de cemento a medio construir del 2008, así como un mercado y local comunal ocupando el área intangible, además de la pretensión constante de un grupo de vecinos por usar la zona como cancha de futbol. Lo más evidente y sonado en los últimos años es la acumulación de basura en el criminal corte que se hizo en la arquitectura prehispánica en el año 2014, como parte de las intervenciones que ejecutó la municipalidad; a esto se le suma la existencia de un local de reciclaje que arroja sus desechos dentro del área arqueológica. Una serie de situaciones en las que la gestión municipal ni siquiera pone orden, solo se reconoce su presencia en la limpieza eventual de la basura que se acula hacia la Av. Huandoy gracias a la denuncia y exigencia de los vecinos. (Luján, Tapia y Ríos, 2005: 21-22; Zona 39, 2007; Maquera,2008; Luján y Tapia, 2021)

4) Huaca Infantas I luce absolutamente abandonada, a pesar de las promesas municipales de gestión del 2014, siendo lo más evidente en su cima como las intervenciones arqueológicas de aquel año solo contribuyeron a su deterioro. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:22-23;Luján y Tapia, 2007:3-4)

5) Huaca Infantas II luce el penoso escenario de tener toda su humilde arquitectura expuesta en manos del abandono absoluto de todas las instituciones responsables de lo que fue su intervención arqueológica en el año 2014. Además, se encuentra invadida por plantaciones que llegan hasta el edificio superficial y una posta medica ha extendido su infraestructura sobre el área intangible. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:23-24; Luján y Tapia, 2007:4)

6) Huaca Pro en el mismo y lamentable abandono, nada han hecho por ellas las gestiones municipales que se han sucedido, a pesar de tener menos problemas que todas las anteriores. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:24-25;Luján y Tapia, 2007:4; Raymondi, 2015:103)

7) Cerro Pro sigue luciendo solo los paneles azules de cemento de hace décadas del MINCUL, antes INC. (Luján,Tapia y Ríos, 2005:25-30).

En cuanto a las gestiones municipales, un importante dato a tener en cuenta es que desde la creación de este distrito se han sucedido nueve gestiones municipales, en manos de tan solo de cuatro alcaldes, siendo en los dos últimos en quienes ha girado toda la responsabilidad de esta situación:

1) Carmen Lezama Olano 1990-1992

2) Jesús R. Martínez Aliaga 1993-1996

3) Felipe Baldomero Castillo Alfaro 1997-2014 (cinco gestiones consecutivas) y 2019 a la actualidad

4) Pedro del Rosario 2015-2018              

Foto 3. Hondonadas llenas de basura distribuidas em toda la cima de Huaca Infantas I

¿Qué hacemos?

Desde nuestra experiencia como vecinos, arqueólogos y gestores urge ajustar las reglas del juego y hacerlas cumplir, por ejemplo, que la ley orgánica de municipalidades sea más explícita en cuanto a su función para que no haya medio de excusa por parte de las municipalidades. Y que el MINCUL tenga el peso y autoridad que le corresponde para hacer cumplir las leyes, sin que los sitios sigan cayendo en el abandono.

Definitivamente programas de educación patrimonial deben ser seriamente implementados en las programaciones anuales desde la educación primaria, para que los adultos de las próximas generaciones que ocupen los cargos administrativos en nuestro país tengan las herramientas adecuadas y el ingenio suficiente para poder apuntar a un desarrollo integral de nuestras ciudades en armonía con nuestro patrimonio arqueológico. De manera que el interés y la voluntad sean innatas en todo nuestro accionar cualquiera sea la profesión o papel que cumplamos en ella.

Así mismo debería ser obligatorio que cada municipio cuente con un área dedicada exclusivamente a la gestión de su patrimonio inmueble local, el devenir de los tiempos y la situación de nuestras ciudades así lo exige. Un área que pueda contar con un presupuesto específico para dichos fiches, un presupuesto asignado, no una lucha por un presupuesto participativo, además un presupuesto que se respete y se use óptimamente, siempre en coordinación con el MINCUL.

Finalmente, aunque las propuestas señaladas en los últimos párrafos anteriores parecen utópicos e ilusorios, algo que es real es que el artículo 82 de la actual Ley Orgánica de Municipalidades si contempla que la gestión cultural integral de su patrimonio arqueológico local le compete, es su responsabilidad y debe cumplirlo. Por tanto, como vecinos estamos llamados a exigir a las gestiones municipales venideras que se dé la atención debida y el mantenimiento adecuado a los sitios arqueológico e históricos que se encuentran dentro de su jurisdicción, tal como se considera la atención por ejemplo de parques y jardines, siempre teniendo en cuenta el especifico uso cultural de estos espacios patrimoniales. Porque no son solo tierra, ni lotes baldíos para venta o invasión, debajo de esa tierra acumulada por cientos de años, e incrementada por el abandono, se encuentra el patrimonio de todos los peruanos.

 Arql. Karen M. Luján Neyra ("Cuida tu Huaca” PLO) 

Publicado en 9na Edición de Revista REQSINAKUSUN (2022): Revista Reqsinakusun Febrero Marzo (calameo.com)


jueves, 28 de octubre de 2021

LAS HUACAS DE NUESTRA LOCALIDAD, UNA VENTANA DE NUEVAS PERSPECTIVAS

Nuestro país es heredero de una muy variada y milenaria riqueza cultural, cuyas evidencias materiales “muebles e inmuebles” las podemos encontrar en cualquiera de las regiones que conforma el territorio peruano. Desde las zonas más contiguas al litoral, pasando por el área andina hasta la amazonia más espesa, podemos encontrar diversos lugares arqueológicos custodios del conocimiento y desarrollo cultural que alcanzaron sus gestores, cada uno con sus propias características que testimonian la heterogeneidad cultural de aquellas sociedades, tan igual como la nuestra, de las cuales en mayor o menor escala somos resultado las sociedades actuales.

La presencia de sitios arqueológicos en nuestro país es abundante, pudiéndose darle diferentes perspectivas a su existencia, de acuerdo a los intereses que se muevan para tal argumentación; para algunos y en distintos niveles los sitios arqueológicos representan un “estorbo” porque interfieren en sus proyectos urbanos y generación de ganancias económicas, para otros son potenciales elementos identitarios en la conformación de nuestra nación, evidencia tangible de nuestros orígenes, vitales para el fortalecimiento de nuestra alicaída autoestima social.  

Destrucción de Huaca Orrantia B. Ilustración de Luis Ccosi Salas. En: Archivo Julio C. Tello, 1945, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. (Ver imagen)

Hoy comienza a cumplirse la sentencia de muerte de esta huaca, que los conquistadores y los siglos no pudieron destruir, pero sí, hoy, los urbanizadores de esta zona. Su estado de conservación es bueno y fácil de restaurarlo, como un gran monumento pre-histórico del Perú. Su pecado es solo el de ser obra de los antiguos peruanos y no, de los hispanos, por eso lo destruyen, los Srs. urbanizadores: Peña-Prado. (Tomado de: Ramón, 2014, p.101 [Figura 44])

En la zona urbana donde la gente procede de otros lugares, y ha comprado o invadido un lote, lo señalan como un “estorbo” porque están abandonados, dando un mal aspecto al ornato de la ciudad, convirtiéndose en refugio de delincuentes y resultar un espacio propicio para las inadecuadas conductas ciudadanas del grueso de la población, tales como arrojar basura en las calles, apropiación de áreas baldías, usufructuación de espacios, y sobre todo falta de respeto al prójimo, a sus vecinos y sí mismo. Para las lotizadoras y grandes empresas porque ocupan un espacio sobre el cual quieren usufructuar para obtener ganancias económicas, que en mayor escala benefician a solo a sus propietarios, por lo cual les resulta mejor derrumbarlas aprovechando la inoperancia, pequeñez y debilidad de nuestras instituciones pertinentes; algo similar ocurre con las grandes concesiones mineras que por cubrir inmensos territorios no les queda más remedio que seguir los procedimientos creados para “viabilizar” sus casos, a fin de cuentas si no lo hicieran –como suele ocurrir- difícilmente alguien interesado se enteraría de la destrucción hasta que por algún capricho del destino llegara hasta esos lares y se diera cuenta de semejante sorpresa; total para los gobiernos de turno distritales, regionales o centrales han resultado la excusa perfecta para argumentar a favor de la demora de sus “proyectos de inversión” y justificar por cualquier medio su necesaria desaparición, so pretexto de desarrollo, progreso, necesidad de inversiones y un sin fin de excusas más.         

Si sumamos todas las potenciales actividades destructivas mencionadas, que por demás se han hecho efectivas, el patrimonio cultural inmueble peruano continua reduciéndose paulatinamente, sin generar con su destrucción el tan mentado desarrollo y progreso, más bien reduciendo constantemente nuestras posibilidades de conocernos, valorarnos y encontrar nuestro propio camino como nación, descontextualizando a nuestra población y pretendiendo desarraigar a los que aún mantiene esos lazos con su territorio, con el único objetivo de individualizar a la población para que sean mejores clientes y consumidores.

Huaca Pro aún sobreviviente al avance urbano en Lima Norte

En la realidad de nuestro país están presentes los sitios arqueológicos, parte del patrimonio cultural inmueble de todos los peruanos, por ello no se puede ignorar su existencia y pretender destruirlos, olvidarlos o postergar su atención, deben ser considerados bajo un enfoque de desarrollo territorial, al igual que el medio ambiente, por formar además parte de éste; el respeto hacia nuestra heterogeneidad se refleja en el respeto hacia lo que nos es ajeno “los sitios arqueológicos” –no porque no sean nuestros- sino porque los procesos históricos nos han desarraigado de ellos.

En la zona urbana de Lima -por ejemplo- así como a los niños desde pequeños se les enseña que en su “localidad” existe la municipalidad, la iglesia o la panadería, también se le debe enseñar que existe “la huaca”, un lugar muy antiguo donde vivieron muchas personas que supieron respetar la naturaleza y que nos dejaron esos lugares para que los conozcamos, recordemos, respetemos, aprendamos de ellos y sepamos de que somos capaces; este mismo discurso tan simple e ingenuo ha sido el que le ha faltado a nuestras generaciones presentes  –jóvenes y adultas- para mirar con otros ojos nuestra verdadera riqueza y plantear políticas más adecuadas para el bienestar de toda la población peruana. (Luján, 2009: 2-3)

 Arql. Karen Milagritos Luján Neyra (PLO)


Luján Neyra K.M. (2009). Proyecto de gestión cultural desde la comunidad de huaca Aznapuquio. Los Olivos – Lima [Trabajo final de curso, UNMSM]. Publicaciones en Blog Cuida tu Huaca.

Ramón Jofre G. (2014). El neoperuano: arqueología, estilo nacional y paisaje urbano en Lima, 1910-1940. Municipalidad Metropolitana de Lima, Sequilao.  

domingo, 12 de septiembre de 2021

HUACA NARANJAL EN PERMANENTE OLVIDO

El pasado viernes 10 de setiembre se difundió como "novedad" la vergonzosa situación de "abandono" en que se encuentra Huaca Naranjal. Acumulaciones y quemas de basura, así como indigentes ocupando su desfigurado lado oeste es lo que se ha visto en televisión nacional, despertando la indignación de diversos ciudadanos y su difusión inmediata en círculos patrimonialistas. Sin embargo, es de notar que ésta es una situación constante y cotidiana desde hace muchos años. 

Al respecto, desde el año 2004 llamamos la atención sobre esta situación y en los años siguientes propusimos a la municipalidad distrital acciones efectivas para su atención. Vista la indiferencia extendimos nuestra preocupación a los medios, hasta que en el 2007 una revista local tuvo a bien realizar una publicación, exigiendo su pronta atención.

Leer documento

Para el año 2008 la municipalidad llevó adelante la construcción parcial del cerco perimétrico, resolviendo momentáneamente la acumulación de basura, pero se regresó y agudizó el problema cuando en el año 2014 se intervino el perfil colindante a la Av. Huandoy y se "expuso más la arquitectura arqueológica" dejándola a la intemperie. Ese espacio retirado resultó propicio para que la gente acumule desmonte, basura y demás desechos, como se observa en la actualidad.

Pero la problemática va mucho más allá de la basura, involucra la transgresión constante del área intangible de la huaca tanto por comerciantes, vecinos y autoridades locales. La existencia de un mercado contiguo, construcciones indebidas en la parte posterior, extensión de jardines traseros de los residentes aledaños y el uso de un área interior como cancha de futbol son algunos de los factores visibles que hacen parecer la zona en total abandono. 

Según el SIGDA del Ministerio de Cultura, existe un área delimitada. La cual sabemos es resultado de diversos procesos de saneamiento que los mismos vecinos impulsaron de la mano con la municipalidad, por ende ambos conocen estos limites que deberían respetar y hacer respetar, sin embargo se sigue haciendo caso omiso a esta condición. Por su parte la municipalidad distrital, desde el 2014, solo se ha limitado a retirar la basura cuando es mucha la insistencia de las organizaciones distritales o cuando hay una denuncia publica y televisada, como en esta ocasión. 

Ingresar al SIGDA

Así mismo, llama la atención que el reportaje solo se haya centrado en la acumulación de basura, cuando la problemática es mucho mayor (el mercado por ejemplo) y a su vez evidente para cualquiera que llegue a visitar la zona. 

Estando a puertas de las próximas elecciones municipales esperamos que esta repentina y bien televisada preocupación sea real, porque ya se ha hecho una constante que se use la preocupación por el patrimonio arqueológico como lema electoral y al llegar al palacio municipal nuestras huacas vuelven a quedar en el olvido.


Arql. Karen M. Luján Neyra (Cuida tu Huaca PLO)

sábado, 22 de agosto de 2020

REGISTRO DE SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN CERRO MULERÍA, CERRO PACÍFICO Y ALREDEDORES

En los últimos años hemos sido testigos de la preocupación de la población olivense con respecto a la protección y manejo de los sitios arqueológicos en una de las más grandes formaciones naturales que tenemos en Los olivos, el gran cerro Mulería. La preocupación de la población es comprensible debido a varias circunstancias: 1) la escasa información disponible que existe con respecto a la situación de registro y declaratoria de áreas intangibles por parte del Ministerio de Cultura (MINCUL), 2) el ampliamente conocido desinterés de la gestión municipal por salvaguardar el patrimonio arqueológico distrital, y 3) la participación cada vez más activa de la población en la protección de su patrimonio.

En la presente nota, comentaremos cómo se ha venido dando el registro de los sitios arqueológicos en Cerro Mulería y Pacifico, hasta la actualidad, esperando con ello contribuir a una mejor compresión de las evidencias culturales existentes en el lugar, así como facilitar información actualizada con respecto a la situación de declaratoria de áreas intangibles.


Fig1. Vista panorámica del Cerro Mulería desde el Centro Comercial Covida 
en la Av. Antúnez de Mayolo.


El cerro Mulería se eleva al sur de nuestro distrito, ocupado actualmente por una serie de urbanizaciones y asentamientos humanos que lo bordean en su totalidad. Este cerro es una gran formación rocosa, que albergó más de una docena de sitios arqueológicos tanto en sus cumbres como en sus flancos, de los cuales solo sobreviven aproximadamente la mitad visibles en superficie.

El primer registro de sitios arqueológicos en cerro Mulería y alrededores lo realiza el arqueólogo Rogger Ravines que se publicó en 1985, en su ya famoso Inventario de Monumentos Arqueológicos de Lima, (ver Fig2) registrando un total de cinco sitios arqueológicos: tres hacia el lado norte del cerro, denominados Cerro Segundo A (12), Cerro Segundo B (13) y Cerro Mulería (103) y dos sobre pequeñas formaciones rocosas Chavarria (14) y Covida (15), este último desaparecido por las construcciones comerciales hacia el 2007. En el año 2002, Cerro Mulería y Cerro Segundo A fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación, mediante RDN N°233/INC, y este último fue delimitado en el mismo años mediante RDN N°534/INC pero con la denominación de Cerro Mulería. En el 2004 se aprueba el plano de Huaca Chavarría mediante RDN N°032/INC. En el año 2010, mediante RDN N° 1126/INC curiosamente se vuelve a declarar como patrimonio cultural a Cerro Segundo A, con el nombre Huaca Cerro Segundo A.


Fig2. Inventario de Ravines (1985) donde se resaltan los sitios arqueológicos 
registrados en Cerro Mulería y alrededores.


Veinte años después, en el 2005 el Proyecto Arqueológico Los Olivos “Cuida tu Huaca PLO”, realizó un Inventario de Sitios Arqueológicos del distrito de Los Olivos, en el que se identificaron nueve sitios arqueológicos ocupando el cerro Mulería según fotografía aérea (ver Fig3). Cinco en varios puntos del flanco norte no visibles en superficie y otros cuatro con estructuras reconocibles en el terreno. Los sitios que el avance urbano arrasó en superficie son lo que se registraron como: PLO-SA04, PLO-SA05, PLO-SA06 (correspondiente al original Cerro Mulería de Ravines), PLO-SA07 (correspondiente a Cerro Segundo B) y PLO-SA08; mientras que entre los que eran visibles en superficie fueron registramos como: PLO-SA09 (correspondiente a Cerro Segundo A de Ravines, hoy Cerro Mulería) y tres sitios nuevos PLO-SA02, PLO-SA10 y PLO-SA03, ubicados en las cimas este de Cerro Mulería.

Esta información fue comunicada a la Municipalidad de Los Olivos (MDLO) en junio del 2005 mediante carta ingresada por mesa de partes cuyo anexo principal fue el informe final de reconocimiento. Asimismo solicitamos al entonces Instituto Nacional de Cultura (INC) la declaración como bien integrante del Patrimonio Cultural de la Nación[1] para los sitios arqueológicos identificados en las cimas del cerro Mulería y que registramos como PLO-SA02, PLO-SA10 y PLO-SA03, sin embargo no obtuvimos respuesta en esos años.


Fig3. Análisis de la fotografía aérea del cerro Mulería (PLO, 2005).


Fig4. Plano de ubicación de los sitios arqueológicos registrados por el PLO que 
fueron solicitados para ser declarados Patrimonio Cultural de la Nación en diciembre del 2005.


En el año 2007 Abel Traslaviña informa sobre los sitios que denominó El Pacifico A y El Pacifico B, pero tampoco se les dio la respectiva protección legal en su momento.


Fig5. Imagen de Traslaviña (2007) con la ubicación de los 
sitios arqueológicos El Pacifico A y B. 


Para el año 2010, a solicitud de la empresa Olivos 3088 S.A.C. la consultora JIRKA realiza un reconocimiento arqueológico en los Cerros Mulería y Pacífico, indicando la existencia de seis sitios arqueológicos, principalmente en sus cumbres y la posibilidad de otros en las laderas teniendo que ser confirmado mediante excavaciones arqueológicas. 

En agosto del 2011, el arqueólogo Milton Reynaldo Luján Dávila solicita autorización para la ejecución del “Proyecto de evaluación arqueológica en los terrenos de la empresa Olivos 3088 S.A.C, en los Cerros Mulería y Pacifico, en el distrito de Los Olivos, provincia de Lima, cuyo informe final es aprobado en noviembre del 2012, mediante RD N° 861-2012/DGPC-VMPCIC-MC. En el referido documento quedan identificados cinco sitios arqueológicos mediante excavaciones: dos en Cerro Pacifico y tres en Cerro Mulería, sin contar al sitio arqueológico Cerro Mulería que ya se encontraba registrado por el INC. Los nombres asignados a estos cinco sitios fueron: Cerro Pacifico - Sector 1A (correspondiente a El Pacifico A), Cerro Pacifico - Sector 1B (correspondiente a El Pacifico B), Cerro Mulería - Sector 2A, 2B y 2C (correspondientes a los sitios PLO-SA02, PLO-SA10 y PLO-SA03). Por esos años el proyecto instaló los paneles e hitos de señalización de los seis sitios, según indicaciones del MINCUL.

Reconocemos que para el ciudadano de a pie esta información puede resultar confusa, puesto que para nosotros mismos eventualmente lo es, por ello hemos intentado sintetizarla en estas líneas y para una mejor comprensión la presentamos consolidada en las siguiente cuadro.

Cuadro 1. Denominaciones asignadas a los sitios arqueológicos 
en Cerro Mulería desde 1985.


Resumiendo, actualmente el MINCUL tiene registrada la existencia de seis sitios arqueológicos para Cerro Mulería y Pacifico, el hoy conocido Cerro Mulería y cinco sitios verificados mediante excavaciones arqueológicas por Luján Dávila en el año 2012. Siendo sus denominaciones oficiales: 
  1. Cerro Mulería (registrado como Cerro Segundo A por Ravines en 1985), 
  2. Cerro Pacifico - Sector 1A, y Cerro Pacifico - Sector 1B (registrados como El Pacifico A y B respectivamente por Traslaviña, Haro y Bautista en el 2007), y 
  3. Cerro Pacifico - Sector 2A, 2B y 2C (registrados como PLO-SA02, PLO-SA10 y PLO-SA03 por Luján, Tapia y Rios en el 2005).
A excepción de Cerro Mulería, los nuevos planos de delimitación de estos cinco sitios se encuentran en proceso de aprobación por el MINCUL, tal como se registra el Sistema de Información Geográfica de Arqueología (SIGDA) del MINCUL.

Esto significa que actualmente solo las zonas con polígonos en color azul, según el SIGDA (ver Fig6), son consideradas como zonas arqueológicas intangibles. Surgen aquí varias preguntas que incluso han llegado a nosotros de parte vecinos, como por ejemplo ¿Y qué pasa con esas otras zonas que fueron registradas o reportadas como sitios arqueológicos años atrás?, ¿Definitivamente ya no hay más restos arqueológicos en otras zonas de los cerros?, ¿Por qué se vendió el cerro?, ¿Quién vendió el cerro?, ¿Se puede construir?, ¿Por qué no todo el cerro es intangible en lugar de solo las cimas? ¿Cómo se pueden visitar?, ¿Qué pasará con los sitios arqueológicos ahora que están en propiedad privada y no los podemos ver?, entre otras.


Fig6. Ubicación de sitios arqueológicos en el cerro Mulería y 
la evolución de registros desde 1985 hasta la actualidad. 


El caso de Cerro Mulería y Pacifico es muy didáctico para reflexionar acerca de la problemática de nuestro patrimonio cultural y los reductos naturales, de cómo se planifica y crece la ciudad, problemas de zonificación, qué papel juegan las municipalidades en la administración y gestión de estos espacios, etc. En próximas notas abordaremos la situación actual de cada uno de estos seis sitios arqueológicos para intentar darles respuesta a estas interrogantes.

Por nuestra parte solo nos queda acotar que, cuando en el año 2005 registramos los primeros sitios en sus cimas, soñamos que este cerro se preserve como un gran relicto natural y cultural del pasado, de los más antiguos de Los Olivos y de Lima, con grandes circuitos culturales en todas sus inmediaciones, unas vistas espectaculares para toda la comunidad y una magia única al encontrarse dentro de sus quebradas. 

Con esa ilusión, como señalamos antes, comunicamos dicho potencial a la municipalidad distrital y solicitamos su registro al INC, pero no hubo respuestas. Años más tarde, en el 2014 quisimos subir para visitar los sitios arqueológicos nos dimos con la sorpresa que ya no se podía subir a los cerros, ni transitar por sus cumbres, porque ahora eran propiedad de la empresa Olivos S.A.C (como consta en las resoluciones de autorización de proyecto de evaluación del MINCUL). En aquella ocasión, personal de seguridad nos retiró del lugar con escopeta indicándonos que para subir debíamos gestionar el permiso con los propietarios, mencionando el mismo nombre de la empresa pero sin referencias claras para ubicar sus oficinas.

Desde entonces nos hemos avocado a difundir la existencia de estos sitios a vecinos y colegios, pero a su vez contemplamos la indiferencia de las autoridades y aunque no aminora nuestras ilusiones, que permanecen intactas, si las miramos con nostalgia desde la ventana del carro cuando pasamos por las avenidas Panamericana o Universitaria, esperando que la visión de los nuevos propietarios este integrada al respeto y salvaguarda de nuestro patrimonio cultural.

Karen M. Luján Neyra (Cuida tu Huaca PLO)
Alberto L. Tapia Méndez (Cuida tu Huaca PLO)


[1] Oficio N° 406-2005-MDLO/GM. Expediente N° 18946 del 21 de Diciembre del 2005.


Si usted desea agregar información de interés no dude en contactarse con nosotros a nuestro correo electrónico: cuidatuhuaca.plo@gmail.com


miércoles, 12 de agosto de 2020

LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL EN EL PERÚ, A PARTIR DE NUESTRAS VIVENCIAS

La educación patrimonial la entendemos como un campo de la educación que se ocupa de la enseñanza del patrimonio en todos sus ámbitos, desde su naturaleza y sus características, hasta su apropiación, incluso como convivir con éste, reconociéndolo como parte de nuestro presente y cotidianidad. Aunque actividades afines svenían desarrollando en varios lugares del mundo desde los años 60´s y 70´s, como Europa y Estados Unidos (Contreras: 2014), e incluso en Inglaterra se hablaba de "Heritage Education", no fue hasta fines del siglo pasado e inicios del presente que se hace más frecuente el uso de dicha denominación (Horta, 1999; Alvarez, 2001; Fontal, 2003).

En nuestro país desde los años 30´s tenemos la emblemática figura de Tello explicando la importancia de nuestros sitios arqueológicos, así como a Rebeca Carrión Cachot, Arturo Jimenez Borja y Julio Mejía Xesspe, entre otros, y para 1973 surge IDEAS una de las primeras asociaciones civiles que realizó un trabajo sistemático de difusión del patrimonio cultural limeño (IDEAS, 2005). Años después, en 1987 se darán los primeros talleres de arqueología para niños en Huaca Pucllana, en 1999-2000 los talleres para niños en Huaca Melgarejo y para el 2001 la División de Arqueología del Parque de las Leyendas (PATPAL) inaugura su primer circuito educativo "Huaca Cruz Blanca. Una Historia para Conservar"; en aquel entonces se hablaba de Arqueología Aplicada o Arqueología Aplicada a la Educación Social

   
A la izquierda, portada del libro "Una Mirada Andina de Lima (IDEAS, 2005), 
y a la derecha noticia sobre los Talleres en Huaca Melgarejo (SHARUKO, Año 2, N° 2, 2000)

Noticia sobre los Talleres en Huaca Pucllana (La República, 16.01.2001)


Tríptico del circuito "Huaca Cruz Blanca" (PATPAL, 2001)

El PATPAL desde entonces comenzó a desarrollar sistemáticamente el Programa Escolar "Pequeños Arqueólogos", como un complemento de la educación formal -que se recibe en las aulas- dirigido a los colegios (Cornejo, 2004), en el cual tuvimos oportunidad de participar como docente y en la elaboración de material educativo para niños de inicial a 3ro de primaria (Luján, 2005). Recuerdo percibir de forma más directa como iba cambiando la forma en que se enseñaba la historia de nuestra ciudad, e incluso haber encontrado gratamente que en el diseño curricular de primaria 2005 se contemplaba como contenido transversal en lo que respecta a seguridad ciudadana y defensa nacional que desde inicial y primaria se debía contribuir a la afirmación de la identidad nacional y a la formación de un compromiso para valorar, conservar y defender  el legado histórico, el patrimonio territorial y cultural[1], lo cual me pareció un gran avance en la forma como se nos enseñaba nuestra ciudad. Perspectiva que no gozamos muchos de mi generación.

       
Información sobre los programas escolares de la División de Arqueología PATPAL 
(BOLETÍN del Museo de Sitio "Ernst W. Middendorf" N° 1 y N° 3)

Sobre lo que podríamos considerar la educación patrimonial limeña en los 80´s y 90´s, quisiera compartir mi experiencia escolar (que refleja a la mayoría de mi generación), en como nos enseñaron a conocer la ciudad y como la descubrimos después.

Crecí y curse la primaria en Breña, en la Institución Educativa N° 1017 "Señor de Los Milagros". Siento que tuve una educación primaria de calidad a pesar de la reputación del distrito en los 80´s. A mi colegio llegaban muchos programas pilotos y apoyos sociales de todo tipo y desde siempre se nos inculcaba el patriotismo, el amor a Dios, a la familia y durante los recreos nos ponían música peruana e incluso rock en español. Pero eran tiempos en los que no se le daba mucha importancia a los sitios arqueológicos o "huacas" de la ciudad, en buena cuenta por desconocimiento. Y a pesar de que la posta y la iglesia a la que asistía estaban a un par de cuadras del Complejo Arqueológico Mateo Salado nunca escuche nada sobre éste, a excepción de las advertencias de los peligros que habían al acercarse. Ya de adulta, conversando con mis antiguos compañeritos me contaban que ellos sí la conocían, que jugaban y se perdían entre los montículos de tierra.

Corrían los años 90´s y mi secundaría prosiguió en Pueblo Libre, en la I.E. Elvira García y García, y por mucho que me esfuerzo en recordar tampoco escuché a mis profesores hablar acerca del patrimonio cultural local. Solo tengo tres recuerdos muy puntuales al respecto, ya casi para los últimos años de secundaria: 1) Una visita de fin de año a Pachacamac; 2) la visita del Señor de Sipán a mi colegio; y 3) la que más me marcó, una charla en mi salón que hicieron un grupo de jóvenes acerca de la historia de Lima, donde nos explicaron con rotafolios desde la formación geológica del suelo limeño hasta la importancia del centro histórico. Fueron pocos minutos pero el entusiasmo de los jóvenes, su forma de explicar y las imágenes, ordenaron muchas ideas sueltas en mi cabeza. Para mi sorpresa, al final de la jornada hicieron unas preguntas y regalaron un librito titulado “Jornadas de Lima”. Estuve tan atenta que pude responderlas obteniendo como premio el referido texto, el cual releí tantas veces hasta comprender mejor cada palabra. Donde sea que estén esos jóvenes les agradezco mucho por el esfuerzo ya que marcaron mi forma de ver la ciudad.

Mi ejemplar de "Jornadas de Lima" de inicios de los 90´s.

Dicho todo esto, siento que fui ligeramente afortunada al haber tenido al menos estas experiencias, siendo que pertenecí a las ultimas generaciones que muy poco se les explicó acerca la historia de nuestro entorno más inmediato, tanto por las escasas investigaciones que sobre el particular habían como por los enfoques mismos que tenia la educación en esos tiempos. A medida que crecemos percibimos mejor la calidad de la educación que hemos recibido y cuanto nos han servido los conocimientos que nos fueron impartidos por tantos años en las aulas. En nuestro país, los dieciséis años que transitamos por inicial, primaria y secundaría son conocidos como educación básica regular (EBR)[2] y, aunque la utilidad de la mayoría de conocimientos que recibimos no siempre es inmediata, está orientada a servir como base para comprender otros temas en el transcurso de nuestras vidas. 

Así, vemos que la educación también es dinámica, cambia y se acondiciona a los nuevos tiempos a partir de los enfoques educativos y sugerencias de los profesionales que intervienen en la elaboración de los currículos nacionales. La población percibe estos cambios en la cantidad y denominaciones de los cursos, los temas que se abordan, la forma de calificación, por mencionar los más evidentes. Por ello, muchos de los que hoy son padres y bordean los 40 años deben notar una marcada diferencia con la educación que ahora reciben sus hijos, mientras nosotros llevábamos cursos por materias y nos calificaban hasta 20, hoy la educación es por competencias y la calificación es con letras, haciendo referencia  al proceso de aprendizaje.

Precisamente, abocados al mundo de la educación patrimonial nos sumergimos en nuestro marco legal educativo (constitución, ley general de educación y currículo nacional 2016), esperando encontrar avances en esta temática dada la abundante riqueza cultural y natural con la que convivimos diariamente en cualquier parte del país, sin embargo encontramos una total ausencia de los temas patrimoniales.  Según nuestra Constitución la educación busca el desarrollo integral de la persona humana[3], encontrándose entre sus fines el formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su integración adecuada y critica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en armonía con su entorno[4]

En cuanto al Currículo Nacional, encontramos que: de once (11) características para el perfil del egreso solo una hace mención a que el estudiante se reconozca como persona valiosa y se identifique con su cultura en diferentes contextos[5]; de las treinta y un (31) competencias que se desarrollan solo la 17 indica que el estudiante sea capaz de construir interpretaciones históricasdonde sustente una posición critica sobre hechos y procesos históricos que ayuden a comprender el presente y sus desafíos, articulando el uso de distintas fuentes; la comprensión de los cambios temporales y la explicación de causas y consecuencias de estos, teniendo para ello que desarrollar tres capacidades: interpretar fuentes históricas, comprender el tiempo histórico y elaborar explicaciones sobre tiempos históricos[6]; y de siete (7) enfoques transversales (de derechos, inclusivo, intercultural, de igualdad de genero, ambiental, orientación del bien común y búsqueda de excelencia) ninguno contempla el ámbito patrimonial. 

Al respecto, coincidimos en la necesidad vital de una compresión espacial y temporal en la historia, lejos de un acumulado memorista de datos, pero hemos de llamar la atención sobre la ausencia total de enunciados específicos que aborden la enseñanza y el respeto por el patrimonio, en un país como el nuestro donde el abundante patrimonio cultural y natural rebasa la capacidad del Estado para protegerlo y gestionarlo, toca formar una población más consciente y respetuosa del mismo. Por tal motivo creemos que debería considerarse como un octavo enfoque transversal la educación patrimonial, y una competencia complementaria a la 17, teniendo como objetivo "que el estudiante sea capaz de respetar y valorar los bienes patrimoniales de la nación". 

En la practica entonces, la educación patrimonial sigue estando en manos de la educación no formal, es decir aquella que recibimos en museos, programas culturales y por diversas asociaciones civiles patrimonialistas que desde el siglo pasado notaron esta necesidad. Así mismo, no hay nada más didáctico que iniciar la comprensión de la historia nacional por el conocimiento de la historia y cultura local, entendida como la que se desarrolló en el espacio que ahora mismo ocupamos de la cual son resultado todas las evidencias arqueológicas e históricas que encontramos al lado de nuestras casas.

En el caso específico de Lima, según nuestra propia experiencia, la enseñanza de la historia ha cambiado vertiginosamente en los últimos veinte años, desde que dos importantes documentos impulsaron la atención sobre el pasado prehispánico de nuestra ciudad: “Lima Prehispánica” del arquitecto Santiago Agurto Calvo (1984) y el “Inventario de Monumentos Arqueológicos del Perú. Lima Metropolitana” del arqueólogo Rogger Ravines (1985). Ambos publicados en la gestión de Alfonso Barrantes Lingán como un esfuerzo de la Municipalidad de Lima en homenaje al 450° aniversario de la fundación española de Lima. Desde entonces nada volvió a ser igual, y aunque lento, estos textos sirvieron de inspiración a muchos de nosotros, y lo siguen haciendo.

A inicios del siglo XXI, fuimos testigos de la destrucción de Huaca Aznapuquio, desde la ventana del bus que nos llevaba a la universidad, pero conocí recién la importancia de estos temas cursando los cinco años de educación superior y los aprendí a querer y respetar tras dejar sangre, sudor y lagrimas en cada excavación arqueológica. Estamos convencidos que conocer, comprender, valorar y apropiarse del patrimonio es un proceso que tiene su propio ritmo en cada persona, y por ende debe ser un proceso sostenido donde prime la orientación e interpretación constante, para hacer comprensible esta información a los diferentes grupos de población.

Cuando en el 2005 realizamos nuestras primeras visitas guiadas a niños de primaria a los sitios arqueológicos de Los Olivos fue una experiencia absolutamente novedosa y desafiante para nosotros, porque -si bien veníamos teniendo una enriquecedora experiencia en los circuitos educativos del PATPAL- los recorridos aquí tenían que ser por las huacas olivenses que se encontraban absolutamente abandonas, donde literalmente solo se veía tierra, y así las percibían los niños, vecinos y autoridades. Desde entonces, e inspirados por nuestra experiencia personal, notamos la necesidad de acercar a los más pequeños a su patrimonio cultural locasin importar la condición de conservación ni sus dimensiones ya que su importancia no radica en ello, por el contrario, sirve como ejercicio para elaborar estrategias de interpretación y brindarles conocimientos básicos y sencillos que motiven su imaginación y reflexión. Esto sumado a los resultados de nuestras primeras investigaciones sobre la población olivense y su patrimonio arqueológico nos marcaron el camino a seguir para nuestra labor educativa patrimonial.

Visita a Huaca Pro con los niños de 3ro de primaria de la I.E. Buen Pastor.

Así nace nuestro Programa Educativo y de Promoción Cultural "Conociendo Nuestro Patrimonio", con el objetivo de difundir en la población olivense el patrimonio arqueológico e histórico de nuestro distrito, intentando contribuir a una población mejor informada que respete sus espacios patrimoniales. La versión de este programa para los más pequeños la hemos denominado Conociendo los Tesoros de Mi Ciudad”, donde buscamos incorporar y/o reforzar en el imaginario de los niños la existencia de La Huaca y El Museo como importantes espacios de nuestra localidad, de nuestra ciudad, donde se albergan y guardan bienes valiosos para la historia y memoria de nuestro país. Desde aquí queremos contribuir a sentar las bases del conocimiento de nuestro patrimonio cultural locae inspirar a los más pequeños como otros esfuerzos anónimos nos inspiraron a nosotros.

Actividades online "Cuida Tu Huaca" para niños de educación primaria.

Finalmente, todos podemos contribuir a la educación patrimonial compartiendo el conocimiento que venimos adquiriendo sobre el particular y haciéndolos temas de conversación cotidiano, especialmente si vivimos cerca de una huaca o monumento histórico. No permitamos que nuestros niños crezcan ignorando su legado teniendo a mano todas las facilidades que la tecnología nos brinda y que no tuvimos nosotros en nuestra niñez.  Hoy encontramos diversos programas televisivos y material virtual, de muy buena calidad, que nos ayudan a conocer y descubrir nuestra ciudad en sus diferentes facetas, algunos de nuestros favoritos son sin duda "A la Vuelta de la Esquina" con Gonzalo Torres, "Sucedió en el Perú" con Norma Martinez y "Museos Puertas Abiertas" con el recordado Luis Repetto. Les dejamos los enlaces a excelentes programas que nos ayudan a descubrir nuestros distritos, nuestra capital, nuestro Perú.

Karen M. Luján Neyra (“Cuida Tu Huaca PLO)

 [1] 2005 MINEDU "Diseño Curricular Nacional de la Educación Básica Regular"
 [2] 2016 MINEDU "Currículo Nacional de Educación Básica", página   
 [3] 1993 "Constitución Política del Perú", Artículo 13
 [4] 2003 "Ley General de Educación" Ley N° 28044, Fines
 [5] 2016 MINEDU. Documento citado, página 14 y 16
 [6] Ibíd. página 109


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