viernes, 6 de mayo de 2022

ROL DE LOS GOBIERNOS MUNICIPALES EN LA PROTECCIÓN Y GESTIÓN DE SU PATRIMONIO ARQUEOLOGICO

Una de las primeras dudas con las que se encuentra la sociedad civil al desear mejorar el entorno de su huaca es ¿A quién le corresponde hacerlo? ¿A que institución del estado deben acercarse para solicitar que se atiendan sus demandas? o ¿Cuál de ellas es la que debe destinar los recursos económico adecuados para su mejoramiento? Al respecto, es inevitable pensar inmediatamente en el Ministerio de Cultura (MINCUL), sin embargo, deberíamos considerar que los gobiernos municipales y regionales también están llamados a hacerlo, sin perjuicio de funciones, solo que siempre en coordinación con el MINCUL.

¿Qué dice la Ley Orgánica de Municipalidades respecto al Patrimonio Arqueológico?

Desde la antigua Ley Orgánica de Municipalidades 23853, de 1984, ya se mencionaba que las municipalidades locales tenían competencias en la conservación de su patrimonio arqueológico local, por lo que en el ámbito de cultura en su artículo 67 a la letra decía:

“Son funciones de las Municipalidades, en materia de educación, cultura, conservación de monumentos, turismo, recreación y deportes:

11. Promover y asegurar la conservación y custodia del patrimonio cultural local y la defensa y conservación de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, colaborando con los organismos regionales y nacionales correspondientes en su restauración y conservación”

Posteriormente, en el año 2003, la nueva Ley Orgánica de Municipalidades 27972, en su ítem 3, acerca de funciones específicas compartidas de las municipalidades distritales, ratifica estas funciones en su artículo 82 sobre educación, ciencia, tecnología, innovación tecnológica, cultura, deportes y recreación:

“12. Promover la protección y difusión del patrimonio cultural de la nación, dentro de su jurisdicción, y la defensa y conservación de los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, colaborando con los organismos regionales y nacionales competentes para su identificación, registro, control, conservación y restauración.

Es así que, ya desde 1984, esta ley siempre señaló como función compartida con el Ministerio de Cultura (antes INC) la defensa y conservación de los monumentos arqueológicos e históricos, además de diversas acciones vinculadas a su gestión cultural.

Foto 1. Cerco a medio construir y grandes acumulaciones de basura sobre la arquitectura prehispánica expuesta 
de Huaca El Naranjal.

Entonces ¿Por qué los municipios locales no se han encargado de mejorar el entorno de su patrimonio arqueológico? 

La respuesta obvia, verificada en la practica por muchos gestores en diversos distritos de Lima, es el desinterés en temas culturales por parte de las autoridades y gestiones locales, además de una escasa voluntad por lograr un desarrollo integral de nuestra sociedad en su ciudad. Actitudes que se traducen en una gran cantidad de carencias administrativas y excusas de función. 

Por ejemplo, algo que muchos funcionarios municipales argumentan es que “los sitios arqueológicos son propiedad del Ministerio de Cultura y que por lo tanto ellos no pueden hacer nada en estos lugares”. Esto nos lleva a preguntarnos si al menos ¿Conocen la ley orgánica de municipalidades que les rige? Cuando puede leerse claramente que es una función compartida, en la medida en que el MINCUL es la institución encargada de dictar las medidas para la protección y gestión del patrimonio cultural inmueble en nuestro país.

Otro aspecto, que en la práctica se suele resaltar, es que la ley dice “colaborando”, por lo que al saberse como una función compartida las autoridades no la asumen como una obligación, por lo cual priorizan sus funciones en obras urbanas o de áreas verdes, por ser además las más demandadas por la población. En nuestra experiencia como vecinos y gestores, sentimos que esta demanda encuentra sus raíces en las carencias educativas patrimoniales de nuestras generaciones adultas y el desconocimiento de estas funciones compartidas frente a nuestro patrimonio arqueológico e histórico local. 

Estas dos excusas, por mencionar las más frecuentes, hacen que las municipalidades distritales no cuenten con personal idóneo para el desarrollo de una gestión integral de su patrimonio arqueológico local, menos aún con un área especifica para dichos fines, de manera que en la mayoría de casos terminan asumiéndose algunas funciones junto a cultura, educación, deporte o desarrollo social. Por ejemplo, en los distritos de Lima Norte, siendo que existen al menos una decena de sitios por distrito es necesaria la implementación de Oficinas de Patrimonio y Turismo, por ejemplo, las cuales puedan trabajar en coordinación con las áreas de desarrollo urbano y social de manera integral. 

De lo anterior, en vista que no existe un área específica para tales fines, imaginemos entonces en donde terminan los documentos vinculados al patrimonio arqueológico dentro de un municipio. Esto no es cosa menor, porque de propia experiencia sabemos que el MINCUL cumple con enviar copias de diversa documentación sobre los sitios arqueológicos a las municipalidades, sin embargo estos terminan la mayoría de veces dirigidos a los encargados de turno de determinadas áreas o proyectos de inversión afines, es decir a personal que aunque pudiera tener muy buena voluntad no tiene capacidad de dirección en la gestión municipal, más allá de lo que a las autoridades locales del momento tengan planeado.

Foto 2. Plantaciones que están invadiendo el área intangible de Huaca Infantas II

¿Cómo estamos en el Distrito de Los Olivos?

Un ejemplo de este desinterés y escasa voluntad desde la gestión municipal es nuestro distrito Los Olivos. En donde, a portas de cumplirse 33 años desde su creación en abril 1989, nuestros sitios arqueológicos o huacas siguen en las mismas o peores condiciones que hace tres décadas atrás, al menos en lo formal, tal como se concluye cuando se visitan las huacas olivenses en la actualidad. No hay ni una sola intervención visual efectiva que se haya realizado por parte de la municipalidad distrital en ninguna de sus siete zonas arqueológicas (Luján, Tapia y Ríos, 2005:31), ni señalética básica, para no hablar de cercos perimétricos o proyectos efectivos de implementación turística. Brevemente, esta es la situación:

1) Cerro Mulería fue vendido y las zonas arqueológicas ubicadas en sus cimas han quedado aisladas dentro de la propiedad privada, los paneles de señalización fueron puestos hace casi 10 años y no han recibido mantenimiento. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:18-20; Luján y Tapia, 2020)

2) Huaca Aznapuquio tuvo un cerco de 1.50 m de alto a medio construir desde el 2005, porque solo existía hacia el cruce de Av. Palmeras con Av. Alisos, el resto siempre estuvo desprotegido, hasta el 2018 que el MINCUL construye el actual cerco y muro azul de señalización. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:18-21; Tapia y Luján, 2007:8; Espinoza, Tapia y Luján, 2008)

3) Huaca El Naranjal tiene un cerco tipo H de cemento a medio construir del 2008, así como un mercado y local comunal ocupando el área intangible, además de la pretensión constante de un grupo de vecinos por usar la zona como cancha de futbol. Lo más evidente y sonado en los últimos años es la acumulación de basura en el criminal corte que se hizo en la arquitectura prehispánica en el año 2014, como parte de las intervenciones que ejecutó la municipalidad; a esto se le suma la existencia de un local de reciclaje que arroja sus desechos dentro del área arqueológica. Una serie de situaciones en las que la gestión municipal ni siquiera pone orden, solo se reconoce su presencia en la limpieza eventual de la basura que se acula hacia la Av. Huandoy gracias a la denuncia y exigencia de los vecinos. (Luján, Tapia y Ríos, 2005: 21-22; Zona 39, 2007; Maquera,2008; Luján y Tapia, 2021)

4) Huaca Infantas I luce absolutamente abandonada, a pesar de las promesas municipales de gestión del 2014, siendo lo más evidente en su cima como las intervenciones arqueológicas de aquel año solo contribuyeron a su deterioro. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:22-23;Luján y Tapia, 2007:3-4)

5) Huaca Infantas II luce el penoso escenario de tener toda su humilde arquitectura expuesta en manos del abandono absoluto de todas las instituciones responsables de lo que fue su intervención arqueológica en el año 2014. Además, se encuentra invadida por plantaciones que llegan hasta el edificio superficial y una posta medica ha extendido su infraestructura sobre el área intangible. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:23-24; Luján y Tapia, 2007:4)

6) Huaca Pro en el mismo y lamentable abandono, nada han hecho por ellas las gestiones municipales que se han sucedido, a pesar de tener menos problemas que todas las anteriores. (Luján, Tapia y Ríos, 2005:24-25;Luján y Tapia, 2007:4; Raymondi, 2015:103)

7) Cerro Pro sigue luciendo solo los paneles azules de cemento de hace décadas del MINCUL, antes INC. (Luján,Tapia y Ríos, 2005:25-30).

En cuanto a las gestiones municipales, un importante dato a tener en cuenta es que desde la creación de este distrito se han sucedido nueve gestiones municipales, en manos de tan solo de cuatro alcaldes, siendo en los dos últimos en quienes ha girado toda la responsabilidad de esta situación:

1) Carmen Lezama Olano 1990-1992

2) Jesús R. Martínez Aliaga 1993-1996

3) Felipe Baldomero Castillo Alfaro 1997-2014 (cinco gestiones consecutivas) y 2019 a la actualidad

4) Pedro del Rosario 2015-2018              

Foto 3. Hondonadas llenas de basura distribuidas em toda la cima de Huaca Infantas I

¿Qué hacemos?

Desde nuestra experiencia como vecinos, arqueólogos y gestores urge ajustar las reglas del juego y hacerlas cumplir, por ejemplo, que la ley orgánica de municipalidades sea más explícita en cuanto a su función para que no haya medio de excusa por parte de las municipalidades. Y que el MINCUL tenga el peso y autoridad que le corresponde para hacer cumplir las leyes, sin que los sitios sigan cayendo en el abandono.

Definitivamente programas de educación patrimonial deben ser seriamente implementados en las programaciones anuales desde la educación primaria, para que los adultos de las próximas generaciones que ocupen los cargos administrativos en nuestro país tengan las herramientas adecuadas y el ingenio suficiente para poder apuntar a un desarrollo integral de nuestras ciudades en armonía con nuestro patrimonio arqueológico. De manera que el interés y la voluntad sean innatas en todo nuestro accionar cualquiera sea la profesión o papel que cumplamos en ella.

Así mismo debería ser obligatorio que cada municipio cuente con un área dedicada exclusivamente a la gestión de su patrimonio inmueble local, el devenir de los tiempos y la situación de nuestras ciudades así lo exige. Un área que pueda contar con un presupuesto específico para dichos fiches, un presupuesto asignado, no una lucha por un presupuesto participativo, además un presupuesto que se respete y se use óptimamente, siempre en coordinación con el MINCUL.

Finalmente, aunque las propuestas señaladas en los últimos párrafos anteriores parecen utópicos e ilusorios, algo que es real es que el artículo 82 de la actual Ley Orgánica de Municipalidades si contempla que la gestión cultural integral de su patrimonio arqueológico local le compete, es su responsabilidad y debe cumplirlo. Por tanto, como vecinos estamos llamados a exigir a las gestiones municipales venideras que se dé la atención debida y el mantenimiento adecuado a los sitios arqueológico e históricos que se encuentran dentro de su jurisdicción, tal como se considera la atención por ejemplo de parques y jardines, siempre teniendo en cuenta el especifico uso cultural de estos espacios patrimoniales. Porque no son solo tierra, ni lotes baldíos para venta o invasión, debajo de esa tierra acumulada por cientos de años, e incrementada por el abandono, se encuentra el patrimonio de todos los peruanos.

 Arql. Karen M. Luján Neyra ("Cuida tu Huaca” PLO) 

Publicado en 9na Edición de Revista REQSINAKUSUN (2022): Revista Reqsinakusun Febrero Marzo (calameo.com)