lunes, 6 de julio de 2020

NUESTRAS HUACAS OLIVENSES HOY: ¿QUE HACER?

De la situación de abandono de nuestros sitios arqueológicos ya se ha hablado infinidad de veces, toca subir los siguientes peldaños y avanzar. Acerca de la situación de las huacas de Lima ya nos hablaban Tello y Agurto entre muchos otros. Sin embargo, en los años siguientes –todos- hemos sido testigos de ese olvido, de esa decidía, de ese abandono. ¿Qué hacemos? ¿Cuál es el camino que se debe seguir para que nuestro patrimonio deje de estar en esa situación?

En los últimos 20 años esos caminos se han hecho evidentes con proyectos de puesta en valor o puesta en uso social de sitios arqueológicos que parecían ser imposibles de recuperar para nuestra ciudad, casos como las huacas del Parque de Las Leyendas o el Complejo Arqueológico Mateo Salado son los más conocidos por la mayoría de la población, pero, aunque el fin es similar el camino no es necesariamente el mismo para cada sitio porque cada uno se enmarca dentro de una realidad socioeconómica, cultural,  educativa y social diferente. Pero entonces ¿Qué debemos hacer?

Como arqueólogos entendíamos que lo primero era realizar un inventario y un diagnóstico sobre la situación actual de los sitios arqueológicos de nuestro distrito, para elaborar un documento y entregárselo a las autoridades municipales. Es decir informar y poner sobre aviso a nuestras autoridades con el fin de evitar la siempre excusa de no conocer los sitios arqueológicos y evitar que se continuara su destrucción. Y así lo hicimos. Dicho documento fue entregado en mesa de partes de la Municipalidad de Los Olivos (MDLO) un 25 de julio del 2005 que puede ser consultado en nuestro Blog y eventualmente hemos facilitado directamente el PDF según nos lo han solicitado diversas personas del medio. Desde entonces uno de nuestros objetivos ha sido evitar la destrucción de cualquiera de las siete zonas arqueológicas del distrito, lo cual en ocasiones ha involucrado que realicemos denuncias policiales para detener dichas acciones. En esta labor continuamos.


Desde nuestros inicios, nos trazamos ese camino nutriéndonos de las experiencias de otros, de nuestra misma práctica y los lineamientos legales existentes. Han pasado 16 años y observamos que nuestro accionar sigue siendo vigente y cada vez que alguien se ha acercado a nosotros buscando alguna recomendación hemos compartido nuestra experiencia de ese camino; lamentablemente continuarlo no depende de una sola persona y de su pasión, sino que involucra una serie de voluntades que contribuyan a seguir avanzando y lamentablemente estas no son inmediatas.
En nuestro caso, desde que estuvimos cara a cara con ese abandono, fuimos planteando diversas propuestas de proyectos de gestión cultural para cada sitio arqueológico del distrito, sin embargo todas se encontraban con una primera barrera: fuere cual fuere el presupuesto logrado ya sea público o privado para intervenir un sitio arqueológico éste debía de contar con saneamiento legal, dicho de otro modo, debía contar con un área intangible oficializada. Es decir, así como nuestras casas, debía contar con un plano donde se especificará sus límites exactos, el cual además, debía constar en registros públicos. Ok ¿Y cómo se hacía esto? Con un proyecto arqueológico de delimitación, que hasta la expedición de la respectiva resolución podía tomar por lo menos seis meses a más, o por oficio en el INC (en ese entonces ahora Ministerio de Cultura) pero llevaría mucho más tiempo.

Corría el año 2005 y para nosotros era imposible llevar a cabo dichos proyectos de delimitación, porque involucraban presupuestos que escapaban de nuestras posibilidades, y surgía aquí otra pregunta ¿A quién le correspondía realizar dichos proyectos de delimitación?. En realidad quién tuviera el dinero y quisiera destinarlo podría hacerlo, mientras se realizara y cumpliera bajo la normativa pertinente. El presupuesto superaba en varios miles de soles por sitio arqueológico, requeriría al menos diez personas cada uno, más el tiempo de trámite y ejecución.

En resumen, dependía de varias voluntades. Durante el año 2006 solo pudimos llevar a adelante la delimitación de la Huaca Aznapuquio con el apoyo del arqueólogo Pedro Espinoza. En los años siguientes, el INC cumplió de oficio con la delimitación de algunos sitios y años más tarde por otros caminos se fue concluyendo la delimitación de otros sitios más. Para el año 2014, todas las huacas olivenses contaban con dicha delimitación y la mayoría presentaban  su demarcación con hitos.

Hoy las huacas olivenses cuentan con una delimitación oficializada, con sus respectivas resoluciones y planos que pueden ser solicitados a la oficina de Catastro del Ministerio de Cultura, es decir se encuentran aptas para llevar adelante diferentes proyectos como por ejemplo proyectos de inversión pública. Cabe señalar que el Ministerio de Cultura (MINCUL), cumple con enviar a cada municipio copia de cada una de las resoluciones emitidas vinculadas a los sitios arqueológicos y comunicar a las diversas instancias pertinentes para su registro.

Toca entonces, preguntarnos nuevamente ¿Qué hacemos?

El MINCUL como ente normativo ha cumplido con el ámbito legal que le corresponde y difícilmente podrá destinar presupuesto para todas las huacas de Lima, así que la otra institución a quien le toca cumplir con su labor es la Municipalidad de Los Olivos (MDLO). La recuperación directa y efectiva de nuestras huacas olivenses le corresponde en primera instancia a la autoridad local, destinando los recursos necesarios para dichos fines, tanto humanos como económicos, de forma sostenida, sin pretensiones políticas, cumpliendo lo que indica la Ley Orgánica de Municipalidades.

Desde nuestra experiencia como vecinos olivenses y gestores consideramos que nuestra labor como ciudadanos no es otra que la de exigir a nuestras autoridades que cumplan con su labor, y en lo específico centrar esfuerzos en: primero, hacer cumplir las resoluciones de intangibilidad e  incorporar en sus planes anuales el mantenimiento permanente que involucre limpieza y señalética básica de cada sitio arqueológico, y segundo, destinar presupuestos responsables y respetuosos que involucre la gestión de cada sitio arqueológico. Los programas educativos y de sensibilización son necesarios y deben ser permanentes sin embargo las experiencias de estos últimos 20 años nos enseñan que no son suficientes mientras las instituciones competentes no cumplan debidamente con sus responsabilidades.

Estas gestiones también se pueden llevar adelante con fondos privados, finalmente es eso lo que hacen las iniciativas ciudadanas que trabajan con fondos propios, pero en ningún caso los gobiernos municipales deben quedar exentos de sus responsabilidades.

Finalmente el trabajo de organizaciones ciudadanas como el Club de Historia Huaca de Oro, Circulo Ciclista Protector de Las huacas o Cuida Tu huaca PLO son complementarias a la intervención misma, pero sin presupuestos jamás podremos ver renacer nuestras huacas.

Karen M. Luján Neyra (Cuida Tu Huaca PLO)

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